Dirección web: www.benaocaz.es
Superficie: 69 km2
Distancia a la capital: 120 km.
Altitud: 793 m.
El Código Postal es 11612 en todo el Término Municipal.
La gigantesca formación del Salto del Cabrero nos abre el camino hacia el refugio nazarí de Benaocaz, un pueblo serrano que sabe compaginar la tradición y el respeto por lo antiguo con una decidida apuesta por el más novedoso turismo rural.
Su término municipal se halla dentro de la ruta de los Pueblos Blancos y en la zona central de la sierra norte gaditana, entre la Sierra del Caíllo y la Depresión de Benaocaz. Limita al norte con Grazalema, al sur con Ubrique, al este con Villaluenga del Rosario y al oeste con El Bosque.
Sus habitantes se denominan Benaocaceños.
Las fiestas más destacadas de Benaocaz son:
-Fiestas en honor de San Blas: copatrón del pueblo, 3 de febrero. Las fiestas se remontan al siglo XVII, se sueltan reses, hay actuaciones musicales y atracciones de feria. Las ofrendas que se hacen al Santo, entre las que destacan las chacinas, se reparten entre los asistentes.
- Semana Santa: el Viernes Santo tiene lugar la Procesión de la Pasión, compuesta por siete pasos con gran tipismo en su recorrido. En marzo o abril.
- Subida Ubrique - Benaocaz: En abril. No sólo el éxito de público y participantes, sino también la espectacularidad de la prueba, que genera un gran impacto mediático, la convierten en el segundo evento del mundo del motor más importante de la mitad sur de España, sólo por detrás de la prueba del Campeonato del Mundo de Motociclismo de Jerez.
- Romería en honor al Patrón San Esteban: primer domingo de junio. Por la mañana, misa solemne seguida de una procesión popular, dirigiéndose a “Agua Nueva”, donde tienen lugar concurso y conciertos musicales.
- Feria y fiestas del Toro de Cuerda: A mediados de agosto. Se sueltan reses, actuaciones musicales, bailes en la caseta municipal...
El entorno de Benaocaz propicia variadas rutas de senderismo: un paseo por la calzada Romana que unía la antigua Ocuri con Lacílbula, aún transitable; Los Nacimientos; la subida al Cintillo; el Salto del Cabrero; las Buitreras de la Otrera...
Se puede pescar por el río Tavizna, que pasa muy cerca de Benaocaz y para los amantes del montañismo, una subida a su cercano Monte Taillo, podrá servirles para admirar una de las vistas más espléndidas de la Sierra Gaditana.
Todo su término está incluido en el Parque Natural Sierra de Grazalema y su parte más occidental pertenece al Parque Natural de los Alcornocales.
Declarada Conjunto Histórico, la mejor manera de conocer Benaocaz es pasear por sus calles estrechas y laberínticas del barrio nazarí, que conservan su antiguo empedrado, flanqueadas por casas encaladas con coloridos parterres. Este sabor árabe que impregna toda la localidad, contrasta con la nobleza y de las casas señoriales dieciochescas.
Aunque de fundación árabe, son numerosos los restos prehistóricos como los de la Sima de la Veredilla y las Cuevas de la Manga. Visitando, además, el museo histórico de la Sierra de Cádiz, el visitante podrá sumergirse plenamente en el devenir histórico de esta villa serrana.
Otros monumentos relevantes de Benaocaz son el Castillo de Aznalmara o de Tavizna (ss. XIII-XIV), la iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol. (perteneciente al Renacimiento), las ermitas del Calvario y San Blas, el ayuntamiento (de estilo barroco) y la fuente pública .
Entre los platos más populares de Benaocaz encontramos el refrito, el cocido y la olla. También aquí, como en casi toda la Sierra de Cádiz, encontramos gazpachos, ajos calientes, sopas, y revueltos de espárragos verdes trigueros. Hay que mencionar la variada gama de chacinas y embutidos de gran calidad. Además de la carne de cerdo nos encontramos con la de venado, perdiz y conejo.
En Benaocaz se elaboran los «suspiros», unos exquisitos dulces hechos al horno, los roscos trenzados y las populares gachas.
El nombre de Benaocaz, a decir de los estudiosos, está relacionado con el antiguo linaje de los Ocaz, siendo Ben el prefijo que indica descendencia.
Fundada por los árabes en el año 715, estuvo bajo dominación islámica hasta su reconquista por los cristianos en 1.485, año en que fue entregada en Señorío a D. Rodrigo Ponce de León, Duque de Cádiz y famoso conquistador encargado tanto de su repoblación como del repartimiento de sus tierras, el cual adquirió para los cristianos las plazas islámicas de Archite, Ubrique, Grazalema, Villaluenga y la propia Benaocaz, así como la sierra del contorno. Estas hazañas le valieron al noble el reconocimiento de los Reyes Católicos, quienes le concedieron el Señorío de Villaluenga en 1490, con Benaocaz entre sus posesiones.
Una anécdota muy arraigada y célebre en la población se sintetiza en el dicho En Benaocaz, la hembra lo más, que proviene del entusiasmo con que las mujeres de la población entregaron sus joyas para ayudar a financiar la guerra contra el moro.