Servicios: Dispone de zona de Acampada
Flora: Si bien dentro de la flora del Parque Natural destaca El Alcornoque, múltiple es la variedad existente. Cabe resaltar la presencia de Alisos en el bosque galería, el acebo, el quejigo o roble andaluz, el melojo, la encina, el acebuche y los pinos. Entre el matorral hay aulagas, jaras, lavándula, cantueso, lentiscos y agracejos, además de especies menores.
Fauna:
Tiene una superficie de 167.767 ha, con 17 municipios inmersos.
El Parque Natural de los Alcornocales contiene el alcornocal más extenso de la Península Ibérica y uno de los mayores del mundo. Este Parque está situado entre las provincias de Cádiz y Málaga, forma una franja que conduce desde el interior de las estribaciones de las sierras gaditanas hasta las doradas playas de Tarifa. Esta riqueza se refleja en todos los ámbitos: flora, fauna, climatología, historia y folklore, constituyendo un lugar ideal para visitar y disfrutar de actividades tan diversas como la recolección de setas y la práctica de deportes en la naturaleza.
El principal responsable de esta riqueza es el agua, presente en numerosos ríos, arroyos y embalses que, además de abastecer a la provincia, son aptos para la pesca y actividades recreativas.
La diversidad de este Parque, sus paisajes y sus tradiciones más arraigadas, entre las que destaca el descorche del alcornoque, hacen de este entorno natural una visita obligada de todo el que esté en sus proximidades.
ACTIVIDADES:
En un parque tan completo y diverso, caben actividades, que van del montañismo en el pico del Aljibe o el Picacho; la espeleología en el enclave Ramblazo-Motillas, o el descenso de cañones en La Garganta de Buitreras, una de las pocas áreas preparadas para esta práctica de riesgo y que por su singularidad ha sido declarada monumento natural. Para los más tradicionales se recomiendan las rutas a caballo, como las establecidas en La Almoraima.
Conviene completar la visita al parque natural con un paseo por los pueblos que lo conforman: Jimena de la Frontera, Alcalá de los Gazules o Castellar de la Frontera son algunas de las posibilidades. Su rico patrimonio cultural y gastronómico se convierten en otros dos reclamos más del espacio.