La Ermita de San Blas está dedicada al copatrón del Benaocaz. Se trata de una pequeña iglesia de una sola nave con muros encalados y portada formada por un arco de medio punto amparado entre pilastras toscanas de fuste estriado sobre las que descansa un reducido entablamento. Sobre la misma se dispone una ventana coral con arco de medio punto.
La fachada se remata por una espadaña de tres vanos y doble cuerpo terminada en una baquetón ondulante.
Anexo a la iglesia existen otras dependencias de la ermita, entre las que destacamos un pórtico con patio.