PASAJE DEL TERROR
Dicen que hace siglos, en el antiguo convento de Santo Domingo, las campanas repicaron solas una noche de tormenta. Nadie supo por qué… hasta que encontraron a una novicia vestida de novia, esperando en el altar a un prometido que nunca llegó.
Desde entonces, los vecinos aseguran oír pasos por los pasillos del convento cuando cae la noche. Entre los ecos, una voz femenina murmura promesas rotas, y un enterrador —que jamás envejece— vigila el viejo cementerio, buscando almas nuevas para completar su colección.



