El acceso a esta cala plantea serias dificultades debido al perfil agreste del litoral que la protege. La manera menos complicada de llegar consiste en tomar el camino que desciende hasta la Cala Secreta y, casi al final de dicho camino, torcer a la izquierda hacia la punta Secreta. Es el único paso más o menos sencillo, puesto que toda la cala está protegida por desafiantes escarpes verticales. Una dificultad añadida es la superficie de la cala y su fondo.

Aparece de nuevo una playa amplia y arenosa, después de varios kilómetros de litoral agreste. Supera con creces el kilómetro de longitud y cuenta además con una anchura media bastante considerable, sobre todo en la parte central. La superficie es de arena fina y dorada y, gana amplitud junto a la desembocadura del río Pícaro, especialmente en la orilla izquierda. El fondo también es arenoso, salvo en los extremos, donde se observan unas plataformas rocosas de superficie plana que sobresalen unos centímetros por encima del nivel del mar.