Reúne este tramo unos valores paisajísticos y sensitivos muy notables. Al principio se bordea el saco interior de la Bahía, apreciándose en toda su magnitud las salinas y marismas que configuran el Parque Natural de la Bahía de Cádiz. Discurre luego por un entramado de cañadas flanqueadas de pinos piñoneros que nos acompañará hasta el mismo límite del término de Puerto Real. Este punto es la llave que abre la puerta a un nuevo paisaje, más desarbolado, más solitario, pero tal vez más espectacular por su enorme amplitud y suave modelado: la campiña.