La Plaza Cruz Herrera nace como consecuencia de las primeras viviendas a la espalda de la antigua línea fortificada y del edificio de la aduana, contaba con cinco barracones de madera que servía de tiendas de alimentación de la época.
En la actualidad, aislada de vehículos, bien soleada, es uno de los rincones de más soleras y plancenteros de La Línea de la Concepción.