De aguas tranquilas, la playa de La Muralla es una de las playas con más encanto, conocida así por encontrarse en esta restos de elementos defensivos del Castillo de Santa Catalina y cuyos derruidos muros, que hacen frente al mar, aparecen citados desde el siglo XVI, siendo reformado en el siglo XVIII y utilizado hasta mediados del siglo XX.