IGLESIA PARROQUIAL DE SAN ISIDRO LABRADOR | Guía de Cádiz

IGLESIA PARROQUIAL DE SAN ISIDRO LABRADOR

Información


 


Foto: Facebook Parroquia San Isidro Labrador, Los Barrios

La iglesia parroquial de San Isidro Labrador es, con diferencia, el inmueble más emblemático y notable de Los Barrios. Un edificio que es eje de la historia local desde su construcción y que contiene numerosas y diversas singularidades.
El cronista oficial de Los Barrios, Manuel Álvarez Vázquez, señalaba en un informe realizado para el Ayuntamiento que el origen de la actual iglesia fue el resultado de un expediente episcopal abierto a petición del capellán de la antigua ermita de San Isidro Labrador, que estaba en contra de que ampliara dicho templo, en cuyos alrededores se congregaron a partir de 1704, año de la toma de Gibraltar por una escuadra anglo-holandesa, familias gibraltareñas, naciendo así la Villa.
El aumento de población hacia necesaria la ampliación de dicha ermita o la construcción de un nuevo edificio religioso, por lo que el 30 de agosto de 1724, el obispo de Cádiz, Lorenzo Armengual de la Mota, dictó un auto resolutorio, ordenando que se hiciera una nueva iglesia retirada de la ermita, según explica Álvarez Vázquez.
La nueva iglesia se proyectó en algo más de dos años. Su construcción comenzó en 1727 y se vio envuelta en numerosas vicisitudes, las más graves algunos derrumbamientos de las bóvedas.
La terminación no está documentada. El cronista de Los Barrios indica que las obras tuvieron un último impulso a partir de 1793, tras la visita del entonces obispo de Cádiz, Antonio de la Plaza, por lo que el templo parroquial pudo estar finalizado entre ese año y mediados del siglo XIX.
No se conoce quién hizo el proyecto ni el nombre del maestro mayor que emprendió la primera fase. Tampoco la magnitud de lo construido en este periodo, que comprende hasta 1755.
Manuel Álvarez baraja varias hipótesis sobre la autoría del proyecto. Arguye que quizás se promovió desde la comunidad carmelita descalza del monasterio de San José del Cuervo, que ahora se ubica dentro del municipio de Benalup-Casas Viejas, o tal vez desde la comunidad de mercedarios descalzos del convento de la Almoraima. Estas órdenes religiosas tuvieron una presencia muy activa en los comienzos de la nueva población de Los Barrios.
Cuatro son las fases de construcción que distingue el cronista de Los Barrios: la primera, hasta 1755; la segunda, hasta 1760; la tercera, entre 1766 y 1769, y la cuarta, desde 1793 hasta, posiblemente, mediados del siglo XIX. No obstante, precisa que en algunos periodos es muy difícil determinar lo construido porque los datos que se manejan son muy difusos.
Lo que sí está claro es que la torre del campanario, construida en el centro de la fachada principal y que arquitectónicamente interviene como apoyo de la estructura del templo, se construyó en dos años, entre 1766 y 1769, igual que la capilla del baptisterio y el coro.
En esa época, la iglesia de San Isidro Labrador fue designada heredera universal de los bienes legados por el presbítero Martín Lozano y su hermana Gabriela, pero con la condición que de dichas donaciones pasarían a los carmelitas del monasterio del Cuervo y a los mercedarios de la Almoraima si en el plazo de dos años no se terminaban las obras establecidas en el testamento, que son las mencionadas anteriormente.
Desde mediados del siglo XIX, el cronista asegura que no se tiene constancia de transformaciones significativas de la planta y edificio de la iglesia.



Misterios y curiosidades

Como todos los edificios antiguos, la iglesia de San Isidro Labrador contiene misterios y curiosidades. Entre los primeros, uno de los más enigmáticos es una pila de agua bendita, que posiblemente fuese bautismal, y cuya datación, procedencia, usos y estilo han motivado el interés de varios historiadores.
El escudo labrado en un costado representa la cruz de la Orden de la Santísima Trinidad, hermandad religiosa que aportó numerosas huellas a la iglesia parroquial: una capilla trinitaria, con sus símbolos, aprobada por el obispo de Cádiz, fray Tomás del Valle, en 1757. Es más, la calle que transcurre junto a esa fachada del templo se denomina también de la Santísima Trinidad.
La pila en cuestión, de alabastro inglés o mármol italiano, lleva grabada junto al escudo trinitario la marca del cantero, que se asemeja a una “f”, una “i” y un punto, aunque este extremo también es meramente especulativo, señala el cronista oficial de la Villa, Manuel Álvarez Vázquez, pues los maestros que cincelaban la piedra tenían como firma sus propios signos y, en ocasiones, aunque presentan mucha similitud con el alfabeto no siempre es así.
Manuel Álvarez indica que esta pila, que quizás tuvo primitivamente un uso bautismal, podría proceder de la antigua ermita de San Isidro Labrador, que estaba situada muy cerca de la actual iglesia parroquial, en la plazoleta que lleva el nombre del patrón de Los Barrios, a la que llegó desde otro sitio todavía más ignorado.
El estilo escultórico de la pila tampoco está claro. Algunos estudiosos consideran que es gótico y que el recipiente lleva esculpido el cordón franciscano. No obstante, también aparecen motivos vegetales que siembran la duda en otros historiadores.
Debido a unas obras de adecuación en la iglesia de Los Barrios, que hizo necesaria la aprobación por parte de especialistas al tratarse de un edificio incluido en el patrimonio histórico, el pilón llamó la atención, el año pasado, de alguno de los historiadores llegados de Cádiz.
La orden de los trinitarios fue la primera hermandad religiosa cristiana dedicada al rescate de los cautivos, llegando a liberar a unos 350.000 prisioneros. Uno de sus beneficiarios fue el insigne Miguel de Cervantes, preso en Argel y rescatado por los trinitarios en 1580.
Una de las curiosidades de la iglesia parroquial es el reloj de sol situado en el lado Este de la torre que, en competencia con el que luce el campanario en su lado norte, no necesita de maquinaria y nunca se ha atrasado. Eso sí, da la hora solar, no la oficial, y en días nublados es, obviamente, inservible.
Otra curiosidad es el escudo que luce la torre en su lado principal, en el que se agradece la dote proporcionada por los benefactores Martín Lozano y su hermana Gabriela. Data de 1769 y hace referencia a Los Barrios, Campo de Gibraltar. La división en provincias fue posterior, en el siglo XIX. Dicho escudo ratifica que el Campo de Gibraltar fue comarca antes que Cádiz fuese provincia.

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