El Convento de San Francisco fue fundado en 1566 y reedificado a finales del siglo XVII.
Las dependencias conventuales, notablemente reducidas tras la desamortización, se centran entorno a un claustro manierista de planta rectangular, sustentadas por columnas dóricas en su primer cuerpo y jónicas en la galería superior.
La iglesia, de planta rectangular, es de una sola nave, a la que se fueron incorporando una serie de capillas que le confieren un falso aspecto de templo de tres naves. Destacables por su importancia artística e histórica las de la Veracruz, la del Sagrario, San Diego, San Andrés, San Telmo y San Luis de los franceses. En su exterior destacan el perfil del cimborrio y la portada lateral, esta última fechable a mediados del siglo XVIII y enmarcada por pilastras corintias rematada con una hornacina con la imagen en mármol de San Antonio. La torre, separada del edificio de la iglesia, data de 1669 y tiene planta cuadrada rematada por un cuerpo de campanas octogonal.
En el interior del templo destaca el retablo mayor, obra de Gonzalo Pomar, de madera dorada, fechado en 1763. Se encuentra dividido en tres calles por columnas corintias, cuyos fustes se suplantan en ocasiones por querubines. Presenta una profusa decoración a base de rocallas, estando la hornacina principal ocupada por una imagen de la Virgen de la Asunción, talla policromada dieciochesca procedente del desaparecido convento de los Descalzos.
Entre sus tesoros escultóricos sobresale un San Francisco de Asis, atribuido a Martínez Montañés y el Crucificado de la Veracruz traído de Napolés en 1733 y atribuido a Giussepe Piccano. Esta talla procesiona el Lunes Santo y es titular de la más antigua de las cofradías de penitencia de la Semana Santa gaditana.
Se recomiendan las vistas al Patio interior.
Fuente: Ayuntamiento de Cádiz