Ubrique, antes de ser conocida por la artesanía de la piel, era famosa por sus aguas y sus numerosas fuentes. La mayoría nacen en rocas calizas, filtrándose el agua por ellas para formar balsas acumuladas de agua bajo tierra. En invierno, con las fuertes lluvias, estos manantiales revientan, pudiendo abastecer al pueblo de agua.
La Fuente de los Nueve Caños es de origen árabe, aunque se reestructuró en el s.XVIII y se volvió a modernizar en 1940. Una característica muy curiosa es que mantiene una temperatura constante de 4ºC. Aquí existía un lavadero público hasta hace poco. Esta agua también era utilizada para curtir la piel con el fin de ablandarla y poder trabajarla. Para ello se utilizaba cal, agua y sal.
El agua de esta fuente procede del nacimiento del Benalfil.
La Fuente de los Nueve Caños es una de las fuentes más conocidas de Ubrique.