El Puente Suazo, testigo de la Historia desde la Hispania romana hasta nuestros días, es nexo de unión entre las islas de San Fernando y Cádiz con la Península así como símbolo de la resistencia y libertad en diversos intentos de asalto, especialmente durante la Guerra de la Independencia.
El Puente Zuazo, considerado una de las construcciones más antiguas de la ciudad, fue un acueducto que conducía las aguas del Tempul de Jerez a Cádiz durante la época romana.
Debe su nombre a la familia Suazo y fue escenario de importantes acontecimientos para la Historia de España, como el "saqueo de los ingleses" o "el sitio francés".
El puente jugó un papel decisivo para paralizar el asalto del ejército francés durante la Guerra de la Independencia, impidiendo su entrada y defendiendo el último rincón peninsular no conquistado por las tropas napoleónicas.
Cabe destacar que en 1812 hubo que destruir el arco central del Puente Zuazo para evitar definitivamente el paso a los franceses, quienes terminaron retirándose ante la imposibilidad de cruzar el caño.
Más tarde, se restauró y se reconstruyó de una forma similar a su estado original.
El día 29 de noviembre de 1996 fue inscrito como Bien de Interés Cultural y cada 24 de septiembre, se recrean en el puente y las baterías cercanas combates que recuerdan a los librados en este lugar durante el asedio francés.
Está construido a base de piedra ostionera y ladrillo, y consta de cinco arcos de medio punto y dos contrafuertes. También encontraremos la Capilla del Real Carenero, antiguo fondeadero de la Armada.