El vino, la explotación salinera y la huerta basaron la economía de Chiclana hasta mediados de la década de los 50 del siglo veinte. La construcción y el turismo diversificaron las fuentes de empleo, si bien en la identidad chiclanera siguen teniendo un peso indudable las actividades del sector primario, además de mantenerse diferentes negocios de raíz familiar sobre todo en el ámbito vitivinícola. Todo este poso se condensa en el Centro de Interpretación del Vino y la Sal.
Multitud de aperos, útiles y enseres procedentes de antiguas explotaciones salineras y bodegas se distribuyen en 1.047 metros cuadrados.
Nuevas tecnologías y útiles tradicionales se conjugan en el centro de interpretación. La antigua nave bodeguera presenta un espacio central denominado El Mar lo suficientemente diáfano como para alojar actos públicos o exposiciones temporales. A ambos lados de este núcleo se abren dos galerías: una dedicada a la sal con tres ámbitos (el S, de salina; el A de artesanal; y el L de luz), y la otra para exponer el mundo del vino con las siguientes estancias: la V de viña, la I de inteligencia, la N de natural y la O de olor. El centro comprende un salón de actos, así como un taller para realizar catas, además de espacios administrativos y de reuniones.
La rehabilitación respeta los elementos estructurales de la nave bodeguera, así como sus cerchas de madera, arquerías y entejado tradicional. El edificio data de 1964, en una fecha en la que aún subsistían más de 80 bodegas desde las que se comercializaban vinos de uva palomino, rey o moscatel procedentes de más de 3.000 hectáreas de viñedo. En el mismo término chiclanero llegaron a existir, a finales del siglo XIX, 38 salinas que conocieron en los salazones su momento de esplendor y cayeron en declive con el auge de la industria congeladora. Hoy se mantienen tres explotaciones si bien diferentes instalaciones orientaron las láminas de agua de los esteros para orientar su negocio a la actividad acuícola.
COLECCIÓN MARIN
El espacio expositivo ‘Colección Marín’ que se encuentra ubicado en las instalaciones del Centro de Interpretación del Vino y la Sal muestra al público en general parte de la amplia colección de Muñecas Marín, que fue donada al Ayuntamiento de Chiclana por la familia del artista chiclanero en el año 1999 y que constituía el grueso expositivo del Museo Marín, inaugurado dos años antes, en las instalaciones de la Fábrica Marín, situada entonces en la calle Arroyuelo.
En este edificio se encuentra también la Oficina de Turismo de Chiclana