El Castillo de Jimena, declarado Monumento Nacional en 1931, se sitúa en un lugar privilegiado llamado Cerro de San Cristóbal, donde permite divisar una amplia panorámica que llega hasta el mar.
Representa, por su envergadura, el conjunto monumental de mayor importancia de Jimena de la Frontera desde épocas remotas, pues su ocupación data desde la prehistoria como demuestran las cuevas de arte rupestre sitas no muy lejos de él, pasando por los tartésicos, bástulos, turdetanos, fenicios, romanos, musulmanes y cristianos, que dejaron su legado arquitectónico y cultural en la ciudad actual.
Por la presencia del Estrecho de Gibraltar con la cercanía de África, este castillo constituyó uno de los centros estratégicos más importantes de la zona.
Sus rasgos principales son la Torre del Homenaje, los aljibes y la Torre Albarrana, las puertas de entrada y lienzos de murallas almenados. El área entera se rodeaba con un muro en el cual se edificaron atalayas cuadradas a intervalos regulares que, junto con su sistema de muros, definen al Castillo de Jimena como fortaleza defensiva.
Al castillo se llega fácilmente en coche, que puede aparcarse en una explanada cercana. Se accede a la puerta del recinto por una calzada empedrada de unos 85 metros que posiblemente sea de origen romano.
El Castillo-Fortaleza de Jimena es un tesoro amurallado que hay que visitar.