Es muy impredecible el tiempo en la montaña. Se puede salir con un día totalmente soleado y cielos despejados y poco después nublarse y encontrarnos con una tormenta importante. Es por eso que en la montaña es clave la importancia de la meteorología. No se debe realizar una actividad de montaña sin un mínimo de conocimiento meteorológico que es necesario para un normal desarrollo de la ruta.
Puede ser interesante conocer el clima del lugar, que no el tiempo meteorológico. El clima son las condiciones meteorológicas propias y características de un lugar en concreto, prolongadas en el tiempo (años) y el tiempo atmosférico o meteorológico se define como el estado de la atmósfera en un momento y lugar determinado (circunstancias atmosféricas momentáneas), que se define por diversas variables meteorológicas como la temperatura, la presión, el viento, la radiación solar, la humedad y la precipitación.
Por tanto una vez se tienen los conocimientos necesarios sobre el clima se procede a informarnos sobre el tiempo que va a hacer en la zona en la cual se va a llevar a cabo la actividad. Para ello, es conveniente informarse del tiempo unos días antes de realizar nuestra salida a la montaña. Es recomendable ir consultando en profundidad el parte meteorológico del lugar todos los días, con antelación de una semana antes del día del evento.
Para nada es recomendable quedarse con la información del típico icono y ver si hará sol, lluvia, estará nublado… sin más. Hay que hacer profndizar en el análisis de los posibles factores meteorlógicos que afecten a la actividad a realizar. Debemos de mirar el parte meteotológico todos los días previos a la salida. Y sobretodo, el día anterior a realizar nuestra actividad ya que ese día tendremos la previsión por horas y la información es mucho más segura que la que decían los modelos meteorológicos de diez días previos.
A continuación, hay que analizar y saber la probabilidad de precipitación en nuestra zona. Está claro que cuanto más cerca esté del 100% mayor será la probabilidad de una precipitación. Y hay que tener en cuenta que una precipitación no solo es la lluvia, puede ser también granizo, nieve…. Por lo tanto, aquí deberemos de ver que tipo de precipitación puede caer. Esa información nos la dará el icono meteorológico, es decir, en lo que todos nos fijamos.
Después de la probabilidad de precipitaciones, tenemos la tabla que nos indica las cotas de nieve. Esto indica a partir de que altura va a nevar el día que vayamos a la montaña. Saber si va a nevar o no es muy importante ya que la nieve complica la movilidad y la realización de una actividad. Por lógica, el material y el equipamento que deberemos de llevar cambia radicalmente. Las casillas en blanco indican que ese día o esas horas no va a nevar a ninguna altura.
Otro aspecto fundamental es saber las temperaturas máximas y mínimas y la sensación térmica que habrá en la montaña. Hay que tener mucho cuidado porque esta tabla puede engañar y jugarnos una mala pasada. Esta temperatura no será la que haya en todos los puntos de la ruta, sobretodo si subimos en altura considerablemente. Se estima que la temperatura baja un grado por cada 150 metros que subimos. Si, por ejemplo, subimos a un pico de unos 3000 metros y suponiendo que es verano y estamos a unos 15 grados aproximadamente cuando partimos en nuestra ruta a unos 1.200 metros de altura aproximadamente, necesitaremos una chaqueta y poco más. Sin embargo, el llegar a los 3000 metros de altura y habiendo ascendido unos 1600 metros, la temperatura habrá descendido 16 grados, por lo que tendremos -1ºC de temperatura.
Finalmente tenemos el viento y la humedad relativa. El viento es un fenómeno meteorológico muy importante ya que afecta de maneras muy distintas según el tipo de actividad que estemos haciendo.
La humedad relativa es el factor meteorológico menos influyente (en general). Sin embargo, no deja de ser importante y clave en el buen desarrollo de nuestra actividad en la montaña. Si tenemos una humedad relativa muy grande sudaremos muchísimo y por ello, escogeremos ropa mucho más transpirable. Y, si hace mucho calor nos quitamos la ropa y ya está, pero si estamos a 3ºC, tenemos un serio riesgo de padecer hipotermia en el caso de que acabemos mojados.