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Chiringuitos y sol, cóctel perfecto en la ciudad de Cádiz

CÁDIZ está más guapa al natural, sin tanto colorete carnavalero, mantillas, peinetas, capirotes... La viejita marinera se perfuma con salitre y se pone morena a la orillita de su mar, un mar que luce estos días azul intenso, calmo, centelleante tras la habitual tormenta semanasantera. Este año, además, la playa gaditana ha arrancado antes la temporada con la presencia de dos chiringuitos que le dan otro aire. No es lo mismo ver gente practicando deporte que agarrando una cerveza helada mientras mira de reojo a los más atrevidos bañistas. La nueva normativa que permite la colocación de estos establecimientos durante todo el año cogió un tanto de improviso, ya que en Semana Santa sólo fueron dos los que abrieron sus puertas: Sotavento y Malibú, este último, situado frente a la calle Villa de Paradas, atraía ayer a un buen número de clientes a la hora del aperitivo. Al preguntar a sus encargados qué tal marchaban los primeros días de la temporada indicaban que estaban siendo buenos. "Abrimos a finales de la Semana Santa y desde entonces no nos podemos quejar". Y es que quitando algunos chubascos intermitentes la pasada semana, la meteorología está acompañando, como se ha visto estos dos últimos días, que invitaban a la contemplación de la playa con una caña y un pescaíto de por medio, o una dorada copa de Chardonnay, que pidió una clienta con acento norteño tras recorrer un buen trecho del arenal gaditano.

El otro chiringuito, Sotavento, se encuentra abierto frente al Instituto Drago, en otra zona magnífica de la playa y cercana a reconocidos establecimientos hosteleros, como Barra7, del Grupo El Faro. Con un mobiliario más moderno, este negocio ha apostado fuerte por iniciar cuanto antes la temporada de playa y en todos los días que ha permanecido abierto ha tenido un gran ambiente, sobre todo al mediodía y las primeras horas de la tarde. Próximamente irán abriendo otros establecimientos con solera en las playas gaditanas, como Marimba, el chiringuito de La Marea o el Nahú Beach, que el grupo de Raúl Cueto, propietario entre otros del Arsenio Manila o La Taberna del Aviador, instala cada año en Cortadura. Todas las fuentes consultadas con este medio han indicado que a finales de este mes de mayo quieren tenerlo todo listo para abrir sus puertas a los clientes. De momento habrá que esperar para diversificar la oferta, pero lo cierto es que la novedad de poder tomarse un aperitivo o directamente comer a pie de playa en plena primavera está siendo una tentación a la que más de uno no está pudiendo resistirse. Que el ejemplo cunda y que el verano llegue a Cádiz cuanto antes.