Cuando algo funciona…¿para qué tocarlo?. Esa ha sido, a buen seguro, la principal premisa de los productores de esta exitosa saga, que se ha convertido en un auténtico fenómeno taquillero.
Y es que esta cuarta entrega de la serie –si contamos el film a mayor gloria de los “Minions”- apuesta por la continuidad, por mantener y cuidar todas sus virtudes… que no es poco. La fórmula puede que comience a mostrar síntomas de agotamiento, pero no son los suficientemente reseñables para pensar que sus personajes principales no dan ya más de sí.
En “Gru 3” se sigue mostrando una estupenda técnica de animación, un estilo narrativo tan delirante y vigoroso como gamberro y desinhibido. Un humor en ocasiones facilón pero siempre efectivo hace las delicias de niños y mayores y con eso ya basta.
No estamos ante un producto que busque la trascendencia argumental ni que necesite profundizar en el perfil de los personajes… para eso ya está Pixar o Disney. Este film opta por una sana tendencia que se basa en entretener con un honesto espíritu de “blockbuster palomitero”.
Y dejo para el final a los irreverentes e irresistibles “Minions”. Cada vez que aparecen en pantalla el film crece en interés y luminosidad, como si estuvieran tocados por una tosca pero efectiva varita mágica que les hace conectar con el público con asombrosa facilidad. Y eso es fundamental… el “abc” del séptimo arte.
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Crítica por Andrés Martín