"LA LA LAND" es una apasionante experiencia cinematográfica. Joya de incalculable valor, arriesga en tiempos en los que el cine tiende a lo facilón y seguro para la taquilla.
Este atípico musical -hay largos pasajes en los que no se canta- es un milagro cinematográfico, una gozosa celebración de la vida y el amor a través del arte, aquí representado por el cine y el jazz. Mágica y, a ratos, agridulce representación de la condición humana con sus anhelos y contradicciones "La La Land" nos hace soñar ante la pantalla con una colorida y vitalista puesta en escena, con momentos antológicos que recuperan una forma de hacer cine que creíamos que se había perdido allá por los 50 o 60.
Glorifica el montaje cinematográfico, logra que cada plano rebose autenticidad y se convierta en toda una obra de arte.
Además Ryan Gosling y Emma Stone nacieron para encarnar a estos personajes, su química en la pantalla es innegable y además la cámara les adora. Ellos son la película y ésta les regala la interpretación de sus vidas, esas que marcan una carrera.
"La La Land" es una obra maestra que arrastra fácilmente al espectador a su bello universo particular, belleza mostrada en imágenes que reconcilian al espectador con el séptimo arte.
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Crítica por Andrés Martín