Según dice la leyenda, fue en la iglesia de San Juan de los Caballeros donde los caballeros que defendían la ciudad escribieron con su propia sangre una carta a Sancho IV, solicitando ayuda ante el sitio que padecía Jerez.
El templo conserva su primitiva planta mudéjar, siendo de destacar la bonita fachada de la torre, de estilo manierista, así como sus portadas y el ábside almenado.