EXPOSICIONES

GUZMÁN EL BUENO: HISTORIA E IMAGEN DE UN HÉROE MEDIEVAL

El subtítulo de esta exposición, da una clara idea de qué va a encontrar el público en los dos espacios expositivos elegidos: una sala primera dedicada a Guzmán El Bueno en su contexto histórico y una segundan sala, dedicada a su imagen, desde la literatura hasta las artes plásticas, incluyendo curiosidades varias nada desdeñables. Una serie de interesantes paneles, donde texto e imágenes se remiten y apoyan mutuamente, conforman el hilo argumental de una muestra, ilustrada con pinturas, grabados, esculturas o publicaciones, entre otros.

Hay que destacar que, por los muchos servicios prestados, diversos reyes premiaron a Guzmán El Bueno con sus mercedes. Así, Fernando IV, haciendo efectivas las promesas de su padre, le hizo como donación, aparte de otras, de la aldea de Chiclana de la Frontera. Este detalle justifica sobradamente esta exposición aquí, ampliación monográfica sobre algo referido en esta exposición permanente.

Decía Oscar Wilde que, haga cuanto haga un gran hombre, será al final recordado por una simple anécdota. Pero hay gestos que, porque retratan, trascienden, con su enorme carga simbólica, lo anecdótico. El gesto inevitablemente referido de Alonso Pérez de Guzmán es el mil veces recogido por una iconografía que abunda en él, desde los grabados más antiguos que ilustraron los textos que referían sus hazañas hasta las más modernas recreaciones, Pérez Villalta incluido. Guzmán arroja su propio cuchillo al enemigo para que cumpla éste su amenaza, dar muerte al menor de sus hijos, antes que rendir Tarifa. Quien quiere bajo miedo también quiere, decía el Derecho Romano.

Pero su vida pública, que empieza allá por 1276 y se prolonga hasta el final de su vida, es más, mucho más. Y de todo ello quiere dejar constancia esta exposición que, de manera somera pero no superficial, se apoya en el riguroso estudio que, a lo largo de los años, ha llevado a cabo el investigador Wenceslao Segura González, comisario de esta muestra.